Aunque no se conoce suficientemente el origen de esta raza italiana, es cierto que desciende del más antiguo maltés y que luego se ha ido modelando de manera diferente en el transcurso de los siglos. Se sabe con certeza que ya estaba muy difundida en el siglo XI, pues hay muchos testimonios de antiguos cuadros donde aparece este simpático perro de compañía. Era tenido en gran consideración por las familias nobles de Italia centroseptentrional como lo demuestra el hecho que en 1668 Cosimo de Medici envió de regalo a algunos aristócratas belgas ocho de estos perros. Hoy, desgraciadamente, esta raza está prácticamente en vía de extinción, y esta decadencia se halla naturalmente ligada con la de la nobleza, clase dentro de la cual se ha limitado prácticamente su difusión, y de la que se había convertido, de cierta manera, en símbolo.